Las vanguardias

Comienza el siglo XX, y aumenta la crisis que comenzó en el último tercio de la centuria anterior. La sociedad capitalista pierde todo valor espiritual y da paso al mercantilismo y a la cosificación. La Primera Guerra Mundial (1914-1919), además, agudiza en los jóvenes europeos la conciencia de que una época se termina. En consecuencia, reaccionan contra los presupuestos racionalistas y los valores pragmáticos, que condujeron al desastre. Así es, pues, como se originan las vanguardias.

  • Características del arte de vanguardia:

Vanguardias: aquellos movimientos artísticos que se desarrollaron a principios del siglo XX con deseo de rebeldía, frente a aquel arte que imitaba la realidad.

Así pues, dichos movimientos mantienen el gusto por lo excepcional y lo extraño heredado del simbolismo. Sus programas ideológicos y estéticos se difundieron a través de manifiestos y revistas, muy importantes en la cultura de la época. Aun siendo desde muy distintas posiciones, las vanguardias reúnen una serie de características comunes que repercutieron tanto en el arte como el la literatura.

1. Antirrealismo y autonomía del arte: La realidad se rechaza de tal modo que se elimina todo motivo que vincule la obra de arte con la realidad. El único fin de la obra de arte es ser autonomía, y tener sólo una función estética.

    Además, en poesía se suprimen la anécdota y el sentimiento para que el poema no tuviera ningún matiz humano. La poesía pura persigue el objetivo de crear mundos puramente poéticos.

    2. Irracionalismo: como hemos dicho, el fin de la poesía es sustentarse en sí misma, y esto aumenta el culto por la imagen, ya que ella permite crear relaciones entre seres y objetos que no se dan de forma lógica. Es decir, importa más la fuerza de la imagen que lo tangible y existente, y ello provoca que los textos vanguardistas se impregnen de irracionalismo.

    3. Afán de originalidad: Las vanguardias tratan de hallar la belleza en lo que es diferente u original, lo que conduce también a la defensa de la individualidad y al rechazo de la masificación de la sociedad. El resultado será un arte minoritario, dirigido en exclusiva a un grupo de «entendidos». Ello llevó al hermetismo del texto y al rechazo de la tradición literaria en todos los sentidos: géneros, temas y formas.

    4. Experimentación estética: El modernismo se había caracterizado por su afán de experimentar, y las vanguardias lo llevan al límite. La pintura en esos años se desarrollará y atraerá a los poetas de vanguardia, que llegar a la concepción del poema como si de un objeto visual se tratara. Lo importante entonces será la distribución espacial de las palabras, los espacios en blanco o la tipografía. Este deseo de experimentar lleva a la propuesta de abolir los signos de puntuación en algunos casos, incluso. En la búsqueda de nuevas formas poéticas, además, triunfa el empleo del verso libre, útil para la transmisión de asociaciones que no obedecen a causalidades conscientes.

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    Las vanguardias europeas

    Los movimientos de vanguardia, a los que también se llamó «-ismos», se sucedieron con rapidez y no tuvieron la misma trascendencia. Hablaremos aquí del futurismo, del cubismo y del surrealismo.

    • El futurismo: Surge en Italia bajo la dirección de Marinetti, que publica su Primer Manifiesto en 1909. En él se declara contra el romanticismo -con la expresión «matemos al claro de luna», por ejemplo-, y reviste de relevancia la civilización mecánica y urbana y las nuevas tecnologías.
      La literatura abarca temas como el automóvil, el avión, las fábricas, las muchedumbres, el cine, el deporte, el riesgo, la violencia o el patriotismo. Deseosos de romper con la tradición, los futuristas recalcan su derecho a renovar totalmente el lenguaje poético.
    • El cubismo: Nace como vanguardia pictórica que lideran Picasso, Braque y Juan Gris. Lleva a descomponer la realidad en formas geométricas y ofrece una manera renovada de observación del mundo real mediante la yuxtaposición de planos. Esta forma de escribir sedujo a autores como Guillaume Apollinaire, autor de los libros Alcools (1913) y Caligramas (1918), en el que los textos se disponían en la página como verdaderos objetos visuales.
    • El surrealismo: fundado por André Breton, que redactó el Primer manifiesto surrealista en 1924. En su empresa lo acompañaron figuras como Louis Aregon, Philippe Soupault y Paul Eluard.
      Los surrealistas estaban influidos por las teorías de Sigmund Freud, su meta fue el hallazgo de la verdadera realidad mediante la exploración del inconsciente, que surge cuando la razón no controla nuestros instintos, que es lo que sucede en los sueños.

      • ¿Qué es lo que se hace en el surrealismo? En el surrealismo, los objetos se identifican de manera misteriosa y las diferencias entre ellos son sólo aparentes. Se intuye la existencia de otro universo en el cual las oposiciones entre lo real y lo imaginario se anulen. A partir del Segundo Manifiesto, estos poetas se sienten influidos por Karl Marx y abogan por liberarse de la alienación que la sociedad capitalista les ha impuesto.
      • Como hemos venido indicando, para tratar de transmitir esa visión del mundo que va más allá de la realidad los surrealistas recurren a tácticas como la de la escritura automática, que consistía en seguir el decurso del pensamiento y escribir todo lo que asaltara la mente. De este modo, se creó un procedimiento que facilitara llegar al inconsciente mediante las imágenes y los símbolos. Es patente la incoherencia lógica del resultado de estos experimentos, pero se encontraba a su vez cargada de valor poético. El único libro que se publicó siguiendo esta técnica de forma fiel fue Los campos magnéticos (1919), de Breton y Soupault.

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    Las vanguardias en España

    Comienza el siglo XX, y en España se produce una apertura cultural hacia Europa, que propicia el desarrollo del vanguardismo español, además de hechos como los siguientes:

    • En 1909, Ramón Gómez de la Serna publicó la traducción del Manifiesto futurista, y en 1910 la Primera proclama futurista a los españoles en una revista llamada Prometeo. La influencia del futurismo en la poesía española no fue decisiva, pero se percibió en la elección de la temática, que se relacionó con la vida moderna y los avances técnicos.
    • En 1918 llegó a España el poeta chileno Vicente Huidobro, que fundó el creacionismo junto con Pierre Reverdy en la revista francesa Nord Sud, y en 1919 surgió el Primer manifiesto ultraísta en la revista Cervantes, en el que se anunciaba la publicación de la revista Ultra.
    • En 1925 se publica la traducción del Manifiesto surrealista de Breton. El surrealismo en España fue impulsado por el poeta Juan Larrea, y fue la vanguardia que más influyó en España.

    Ramón Gómez de la Serna

    Gracias a Ramón Gómez de la Serna recibimos las primeras manifestaciones de la vanguardia española. A través de la revista Prometeo y de sus tertulias en el café Pombo, este autor llevó a cabo una importante labor creadora y de divulgación en los movimientos de vanguardia de comienzos de siglo. Su literatura coincide con las distintas vanguardias europeas, pero su individualismo marcado lo lleva a fundar un -ismo propio: el ramonismo.

    Gómez de la Serna hizo aflorar varios géneros, entre los que se encuentran las greguerías, que él definió como metáforas a las que se añadía el humor. Las vanguardias concebían el arte como un juego, y este sentido lúdico es lo que se refleja en las creaciones de este poeta. Las greguerías son textos breves en los que se parte de objetos y circunstancias cotidianas para después ofrecer asociaciones que no responden a la lógica de la realidad y así producen un efecto de sorpresa.

    Asimismo, éstas expresan una visión fragmentaria de la realidad: emiten sensaciones, pinceladas, ideas, juicios y enunciados como si se tratase de sentencias. Hay varias técnicas para transmitir esta visión:

    1. Metáforas y comparaciones, a veces hiperbólicas, y asociaciones agudas: De la unión de viuda y viudo sale el niño vestido de luto.
    2. Seudoetimología, paranomasias y dilogías: Monomaníaco: mono con manía; Era tan moral que perseguía las conjunciones copulativas.
    3. Desautomatización de frases hechas y refranes: Más vale soltar el pájaro que tenerlo en la mano; Nunca es tarde si la sopa (dicha) es buena.


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    Rafael Cansinos-Assens (Crepúsculo)

    En el último tren de la tarde
    como un jugador infeliz
    huyó el sol emigrante.
    Caras de despedida
    en todas las ventanas.
    Los suicidios frustrados
    desandan los viaductos.
    El río está lleno de espadas.
    Reverberos apresurados.
    pasan silbando por las calles.
    Y el gran brasero de los pobres.
    se vuelca en el paisaje.

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    Las greguerías de Ramón Gómez de la Serna

    • Las palmeras se levantan antes que los demás árboles.
    • Daba besos de segunda boca.
    • Las pasas son uvas octogenarias.
    • El amor nace con el deseo de hacer eterno lo pasajero.
    • Cartas que no llegan, corazón que descansa.
    • El hielo se ahoga en el agua.
    • Los puentes son las cejas de los ríos.
    • En el fondo de los pozos suenan los discos de la luna.
    • Aquella mujer me miró como a un taxi desocupado.
    • El beso es un paréntesis sin nada adentro.
    • Al calvo le sirve el peine para hacerse cosquillas paralelas.
    • El que tartamudea habla con máquina de escribir.
    • Un jorobado parece un humorista que se burla de nosotros, que no nos podemos burlar de él porque sería innoble.
    • El mar sólo ve viajar; él no ha viajado nunca.
    • Un papel en el viento es como un pájaro herido de muerte.

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    Ultraísmo y creacionismo

    Como las demás vanguardias, estos movimientos parten del rechazo de toda poesía que intente imitar la realidad, y además parten de un principio basado en el predominio de la lírica. De hecho, los ultraístas exigen la supresión de elementos narrativos y sentimentales, que solo aceptan a través de la ironía. El ultraísmo se origina gracias a Rafael Cansinos-Assens con el fin de propagar las últimas tendencias del arte (futurismo, dadaísmo, cubismo).

    Como antes hemos citado en referencia a las vanguardias, los ultraístas rompen el discurso lógico y ofrecen mucha importancia a la percepción y a la metáfora. En lo formal también se advierten variaciones tipográficas hasta el extremo de llegar al caligrama. Con todo, la producción de los ultraístas fue escasa, más bien se dedicaron a teorizar y a divulgar su movimiento. Dentro de esta tendencia entran Guillermo de la Torre, Pedro Garfias y Jorge Luis Borges.

    En cuanto al creacionismo, llegó a España de la mano de Vicente Huidobro y fue cultivado por Juan Larrea y Gerardo Diego. En su primera etapa, lo propuesto por los creacionistas fue eliminar la anécdota y los sentimientos. Del simbolismo, este grupo acoge la intención de crear una realidad propia en el poema, que debía ser capaz de emocionar al lector.

    La concepción del poeta para consigo mismo era la de un ser con potencialidades divinas que con su poesía podía originar mundos. Para ello e influido por su poesía, Huidobro propugnó el emple de dos recursos:

    • La superposición de imágenes, tal y como hacía el cubismo, que debían ser creadas sin modelos reales y basarse en relaciones fónicas o relaciones semánticas atípicas.
    • La creación del ritmo mediante la disposición tipográfica y espacial del poema, además de una selección y disposición de las palabras cuidada.

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    Blas de Otero: características y temática de la obra oteriana


    Blas de Otero es una de las figuras más destacadas en el panorama poético español del siglo XX. Sus poemas, inscritos en la posguerra española, me llegaron mediante su vocabulario conciso y en ocasiones mordiente. Él escribe por y para el hombre y trata de que su palabra tenga efecto en la España sangrienta del franquismo. Se aleja, por tanto, de la pretendida belleza estilística y, como es sabido, centra sus fuerzas en comunicarse en un país de censura. He escogido uno de los poemas que reflejan la connotación social de su poesía:

    CANTO PRIMERO

     

    Definitivamente, cantaré para el hombre.
    Algún día –después-, alguna noche,
    me oirán. Hoy van –vamos- sin rumbo,
    sordos de sed, famélicos de oscuro.

     

    Yo os traigo un alba, hermanos. Surto un agua,
    eterna no, parada ante la casa.
    Salid a ver. Venid, bebed. Dejadme
    que os unja de agua y luz, bajo la carne.

     

    De golpe, han muerto veintitrés millones
    de cuerpos. Sobre Dios saltan de golpe
    -sorda, sola trinchera de la muerte-
    con el alma en la mano, ente los dientes

     

    el ansia. Sin saber por qué, mataban;
    muerte son, sólo muerte. Entre alambradas
    de infinito, sin sangre. Son hermanos
    nuestros. Vengadlos, sin piedad, ¡vengadlos!

     

    Solo está el hombre. ¿Es esto lo que os hace
    gemir? Oh si supieseis que es bastante.
    Si supieseis bastaros, ensamblaros.
    Si supierais ser hombres, sólo humanos.

     

    ¿Os da miedo, verdad? Sé que es más cómodo
    esperar que Otro -¿quién?- cualquiera. Otro,
    ser, si procuro ser quien soy. ¡Quién sabe

     

    si hay más! En cambio, hay menos: sois sentinas
    de hipocresía. ¡Oh, sed, salid al día!
    No sigáis siendo bestias disfrazadas
    de ansia de Dios. Con ser hombres os basta.
    (Ancia, 1958)

    Blas de Otero Muñoz nació en Bilbao en 1916. Su infancia transcurrió en esta ciudad y en la capital española. Tras los años de estudio en los jesuitas, hizo el bachillerato en Madrid y siguió la carrera de Derecho –que no ejerce- y la de Letras, que deja sin terminar. Después, reside en Barcelona, viaja del Atlántico al Pacífico, pasa por París y de cuando en cuando por Bilbao. También recorre España de norte a sur. José Ángel Ascunce Arrieta (1990) indica que Blas de Otero no tuvo una relación sencilla con Bilbao y el País Vasco. De hecho, durante toda su vida manifestó un “amor pasional” hacia su lugar de nacimiento y su país, pero también odio y rechazo. El crítico añade que ciertas características personales del poeta pueden explicarse por su psicología étnica, entre éstas la socarronería o la impresión de ser distante. Según él, estas son “características prototípicas de su psicología vasca”.

    Obras (trayectoria poética):

    En cuanto a su labor como escritor, Emilio Alarcos (1996) apunta que el poeta no tiene la intención de inscribirse en grupos literarios, y que colabora de cuando en cuando en revistas poéticas. Sus libros empiezan con Cántico Espiritual, folleto de 1942, y continúan con Ángel fieramente humano (1950) y Redoble de conciencia (1951). Estas dos obras se reúnen en Ancia (1958), título derivado de la unión entre la primera sílaba del primer libro y la última del segundo. En 1955 publica Pido la paz y la palabra y cuatro años más tarde En castellano (1959). Estos escritos constituirán la primera parte de su creación literaria.

    En 1963 se divulga Esto no es un libro, selección amplia de todos sus poemas. Al año siguiente se publica en París Que trata de España (1964), y en 1969 aparece una nueva selección de poemas bajo el título Expresión y reunión. En 1970 publica Mientras y, en prosa lírica, Historias fingidas y verdaderas. Más tarde tendremos algunas colecciones de tipo antológico, como País (1971), Verso y prosa (1974), Poesía con nombres (1977) y Todos mis sonetos (1977), aunque elimina alguno de los más antiguos. Hay además una producción previa a Cántico espiritual (1942), que sólo se concreta en Expresión y reunión, pero su cronología no está concretada más que con el año final de la etapa, 1941. La fecha de inicio fue incierta.

    Características de la obra oteriana:

    Los trabajos poéticos de posguerra a partir de 1936 tuvieron una gran influencia de Garcilaso, cuyo centenario se celebraba aquel año. Emilio Alarcos (1996) interpretó que

    era natural que la primera etapa poética después de las hostilidades, como reacción ante una realidad hosca, buscara la tranquilidad de ánimo, el beleño que adormeciera pasiones y rencores (pág. 22)

    De este modo, la poesía daba mayor importancia a la musicalidad externa, y dejaba a un lado el trasfondo del poema. Era una forma de reblandecer las mentes de aquellos que habían padecido la Guerra Civil, como el crítico indica, y de no arriesgarse a la censura de aquellos años. La poesía de Otero, en cambio, se aleja del patrón seguido por sus contemporáneos y se centra en el plano social. Como dirá Dámaso Alonso (1952) en Poetas españoles contemporáneos,

    Hay cierta bronquedad, cierta hirsutez en su palabra, que a mí me gusta (estoy harto de versos barbilampiños, y a veces una chispita bardajillos). Esa brusquedad se corresponde muy bien con el fondo de su poesía; y no nos engañemos: este poeta tiene un extraordinario dominio de su palabra. Su verso es áspero, no por otra cosa, sino porque se corresponde con el derrumbamiento en huida del mundo y de su imagen del mundo (pág. 12).

    A continuación he seleccionado uno de los poemas que mejor representan la brusquedad, la aspereza del verso y el lenguaje directo. Desde mi punto de vista, es uno de los mejores indicadores de la penosa situación que se estaba viviendo en la España de la posguerra:

    HIJA DE YAGO

     

    Aquí, proa de Europa preñadamente en punta;
    aquí, talón sangrante del bárbaro Occidente;
    áspid en piedra viva, que el mar dispersa y junta;
    pánica Iberia, silo del sol, haza crujiente.

     

    Tremor de muerte, eterno tremor encarnecido,
    ávidamente orzaba la proa hacia otra vida,
    en tanto que el talón, en tierra entrometido,
    pisaba, horrible, el rostro de América adormida.

     

    ¡Santiago, y cierra, España! Derrostran con las uñas
    y con los dientes rezan a un Dios de infierno en ristre,
    encielan a sus muertos, entierran las pezuñas
    en la más ardua historia que la Historia registre.

     

    Alángeles y arcángeles se juntan contra el hombre.
    Y el hambre hace su presa, los túmulos su agosto.
    Tres años: y cien caños de sangre abel, sin nombre…
    (Insoportablemente terrible es su arregosto.)

     

    Madre y maestra mía, triste, espaciosa España.
    He aquí a tu hijo. Úngenos, madre. Haz
    habitable tu ámbito. Respirable tu extraña
    paz. Para el hombre. Paz. Para el aire. Madre, paz.
    (Pido la paz y la palabra, 1955)

    Otro de los rasgos remarcables de la obra oteriana es su interés por la vida del ser humano más que por la obra. Por eso, me parece interesante que nos centremos en ciertos aspectos de su biografía que ayuden a entender la obra en su complejidad. Para ello, tomaremos como referencia la obra de J.A. Ascunce Arrieta (1990). Este considera que en la trayectoria de Blas de Otero

    la vida como experiencia existencial es en todos los casos la desencadenante de la acción poética, de tal forma que la poesía es siempre una respuesta compensatoria a las obsesiones y querencias del poeta (pág 46)

    Este crítico también ahonda en los miedos y angustias del poeta, entre ellos su obsesión por la muerte. Esta lleva al poeta a la búsqueda a través de la poesía de elementos que compensen el trágico acontecimiento del fin de la vida, y aquí se refleja el componente existencial de la poesía de Otero. La búsqueda de sentido a la vida la realizará, como iremos comprobando, a través de la poesía religiosa, la existencial y la social, en este orden. En la última, como hemos observado, buscará “soluciones no sólo para él sino para toda la humanidad”.

    Poesía religiosa:

    Atenderemos primero a la temática religiosa en Blas de Otero gracias a la información que nos proporcionan I.Zapiain y R.Iglesias (1983). La primera apreciación de estos es que

    en el desolado panorama de la poesía de postguerra también la visión de la realidad conduce a una enérgica vuelta hacia Dios (pág. 161)

    . Los poetas jóvenes ya no atienden al dogma, sino que buscan el ente último de ese Ser superior. Blas de Otero hace lo propio, y no es raro ya que tuvo la influencia de Fray Luis de León o San Juan de la Cruz y además siente la urgencia de acercarse a Dios. En un principio su acercamiento es de pasión y entrega; en el Señor ve la respuesta a los problemas que se plantean al ser humano. A esta creencia va unida la de que la distancia entre Dios y el hombre sólo se supera con la muerte, y el mero atisbo de duda sobre la existencia de la divinidad lo lleva a sentirse horrorizado.

    Un tiempo después, el autor se siente cansado de no recibir respuesta de Dios y se da cuenta de que no muestra bondad hacia los hombres. Esto lo conduce a equipararse a Él desde una postura hostil, que pronto se torna en una sensación de superioridad. Ahora nos hallamos ante la “condena de Dios”. Por ese entonces, Blas de Otero escribe Dios con minúsculas y, como nos mostraba Miguel de Unamuno en San Manuel Bueno, mártir, deja de creer en Él. En la obra de Emilio Alarcos (1996) se nos muestra que su crisis respecto a Dios se manifiesta sobre todo en Cántico Espiritual (1942), Ángel fieramente humano (1950) y Ancia (1958).

    Creo que esta tensa relación con Dios, que finalmente lleva a Otero a su rechazo, queda bien reflejada en el poema que he seleccionado:

    HOMBRE

     

    Luchando, cuerpo a cuerpo, con la muerte,
    al borde del abismo estoy clamando
    a Dios. Y su silencio, retumbando,
    ahoga mi voz en el vacío inerte.

     

    Oh Dios. Si he de morir, quiero tenerte
    despierto. Y, noche a noche, no sé cuándo
    oirás mi voz. Oh Dios. Estoy hablando
    solo. Arañando sombras para verte.

     

    Alzo la mano, y tú me la cercenas.
    Abro los ojos, me los sajas vivos.
    Sed tengo, y sal se vuelven tus arenas.

     

    Esto es ser hombre: horror a manos llenas.
    Ser –y no ser- eternos, fugitivos.
    ¡Ángel con grandes alas de cadenas!
    (Ancia, 1958)

    Poesía existencial:

    Es en el período de 1944 a 1955 cuando lo existencial predomina en la obra del poeta. Como narra J.A.Ascunce Arrieta (1990), se trata de una época complicada para el peta, ya que, al romper su relación con Dios, el poeta se enfrenta a la angustia del vacío y la muerte.

    Esta situación provoca que el poeta necesite una “nueva fe poética” y una “nueva razón vital” para superar la crisis en la que está sumido. Este tipo de poesía se concreta también en Ángel fieramente humano (1950) y en Ancia (1958), además de en Redoble de conciencia (1951), y el principal mensaje que el autor querrá expresar será que

    el hombre como ser destinado a la muerte en un contexto-mundo de desolación y ruinas busca su posible salvación en el amor y en la poesía (pág. 59)

    Debemos tener en cuenta que el concepto de amor no es el mismo en todos sus poemas. Al principio se trata del amor a Dios, pero dada la frustración que el Ser Supremo ha causado en el poeta pasa a centrarse en el amor hacia la mujer. Sin embargo, I.Zapiain y R.Iglesias (1983) nos hacen ver que

    los pasos que da –con respecto al amor hacia la mujer- son similares –a los que da con respecto a Dios. La búsqueda del refugio paterno es difícil y la limitada paciencia de Otero le lleva enseguida a enfrentarse a él, es decir, su faceta de rebeldía tenaz, situada en la segunda etapa de un creyente con escepticismos, le lleva a buscar un nuevo interlocutor, un nuevo receptor de su amor, manifestado ahora en su realización terrena, en la culminación espiritual y física a través de la relación amorosa con la mujer (págs. 174-175).

    En mi opinión, en el siguiente poema se ilustra el paso del amor de Dios al amor hacia la mujer, todavía no muy definido. Tras la lectura de muchos de sus poemas y la lectura de críticos del poeta, interpreto que “Relámpago apenas” refleja la búsqueda aún desesperada de Dios en el acto amoroso:

    RELÁMPAGO APENAS

     

    Besas como si fuesesa comerme.
    Besas besos de mar, a dentelladas.
    Las manos en mis sienes y abismadas
    nuestras miradas. Yo, sin lucha, inerme,

     

    me declaro vencido, si vencerme
    es ver en ti mis manos maniatadas.
    Besas besos de Dios. A bocanadas
    bebes mi vida. Sorbes. Sin dolerme,

     

    tiras de mi raíz, subes mi muerte
    a flor de labio. Y luego, mimadora,
    la brizas y la rozas con tu beso.

     

    Oh Dios, oh Dios, oh Dios, si para verte
    bastara un beso, un beso que se llora
    después, porque ¡oh, por qué! no basta eso.
    (Ancia, 1958)

    Poesía social:

    El poeta se dedica a la poesía social, después de la desazón que el amor hacia Dios y el que siente hacia la mujer le han provocado, como muestran sus poemas. Basándonos en la obra de E.Alarcos (1996)

    Otero encuentra la tan buscada fe en la caridad hacia los otros hombres. Ahora ya no importa la soledad del hombre: el ser hombre es bastante y hay que saber serlo, saber ser “sólo humanos” (pág. 41).

    El medio a través del que Blas de Otero ayuda al hombre es la palabra, su expresión poética, y, si tenemos en cuenta las circunstancias sociales que se estaban viviendo, no nos puede extrañar su preocupación por la situación del hombre: las consecuencias de la guerra mundial estaban demasiado presentes. “En nombre de muchos” y “Proal” son dos de los poemas que denuncian las desgracias que se están viviendo en Europa:

    EN NOMBRE DE MUCHOS
    PARA el hombre hambreante y sepultado
    en sed –salobre son de sombra fría-,
    en nombre de la fe que he conquistado:
    alegría.

     

    Para el mundo inundado
    de sangre, engangrenado a sangre fría,
    en nombre de la paz que he voceado:
    alegría.
    Para ti, patria, árbol arrastrado
    sobre los ríos, ardua España mía,
    en nombre de la luz que ha alboreado:
    alegría.
    (País, 1971)

    PROAL
    ÉSTE es el tiempo de tender el paso
    y salir hacia el mar, hendiendo el aire.
    Hombres, levad los hombros
    sonoramente, bajo el sol que nace.

     

    Éste es el mar, las armas son aquellas
    que, estrepitosamente, se deshacen.
    Hombres, izad, alzad
    hacia la paz los encendidos mástiles.

     

    España, espina de mi alma. Uña
    y carne de mi alma. Arráncame
    tu cáliz de las manos.
    Y amárralas a tu cintura, madre.
    (País, 1971)

    Con todo, realizar poesía social no es fácil en los tiempos que corren. Sabemos que por aquella época la censura del franquismo estaba presente y, como J.Galán (1978) expone,

    ¿Cómo publicar en la España de los años cincuenta? ¿Qué cercenaron las tijeras del censor de Blas de Otero? (…) Y más adelante –Blas de Otero- reconoce que, a pesar de las dificultades que entraña corregir un poema, llega un momento en que por unas pautas de automatismo interior el poeta intuye qué –o qué no- podrá sortear las trabas de la censura (pág. 99).

    Como podemos observar, la situación no era sencilla para el poeta abocado a escribir para el hombre, y de esta desesperación da muestras en “Cantar de amigo”, donde exalta su deseo de “escribir de día”:

    CANTAR DE AMIGO

     

    QUIERO escribir de día.
    De cara al hombre de la calle,
    y qué
    terrible si no se parase.

     

    Quiero escribir de día.

     

    De cara al hombre que no sabe
    leer,
    y ver que no escribo en balde.

     

    Quiero escribir de día

     

    De los álamos tengo envidia,
    de ver cómo los menea el aire.
    (País, 1971)

    Para terminar, me gustaría resaltar el tema de España en la poesía de Blas de Otero ayudándome de lo estudiado por I.Zapiain y R.Iglesias (1983). Ellos plantean la cuestión de la aparición frecuente del país en la poesía oteriana, incluso más frecuente que la mención al hombre. La respuesta que dan es que hacer alusión a España implica abarcar la patria, la cuna, la tierra y las características hispánicas, pero sin olvidar a los hombres y a las mujeres que allí viven. Además, siendo español es normal que se interrogue sobre las características de su pueblo con “ese sentimiento de escepticismo amoroso” hacia él. Como hicieran anteriormente Machado, Cernuda, Lorca y todos aquellos autores de la generación del 27, Otero se cuestiona la situación del país, ahora recién salido de una guerra desde una postura crítica hacia quienes promovieron el conflicto. He aquí una de las poesías que revelan sus sensaciones respecto a desazonadora España franquista:

    POETA COLONIAL

     

    Dime si puedes
    venir a España a remover la tierra
    que me rodea estoy triste
    porque no ha llovido y a veces porque llueve
    vamos España ponte tu traje de los miércoles
    el colorado y danza junto al Nalón
    vienes y vas por Cuba por el mar
    y yo he venido y yo he venido por el aire hasta La Habana
    y te entiendo cuando hablas
    y cuando callas no te entiendo
    qué hiciste España por aquí tú sola
    total para volver como yo vuelvo
    la cabeza
    y te miro a lo lejos y de repente
    me siento viejo
    salgo corriendo a hablar con los becados con una miliciana
    y no estoy solo oigo las mismas palabras
    que en Jaén Extremadura Orense
    y siento ganas de llorar o de hacer la revolución
    cuanto antes
    incomprensible España pupitre sin maestra
    hermosa calamidad
    ponte tu traje colorado danza ataca canta
    (Que trata de España, 1964)

    He aquí, en conclusión, un breve análisis de las características de la obra de Blas de Otero y de su principal temática poética. Como podemos comprobar, se trata de un escritor que consagró gran parte de su obra a la poesía social, a los problemas que aquejaban al hombre y a la denuncia –hasta donde alcanzaban sus posibilidades debido a la censura- de la situación de la España del franquismo.

    BIBLIOGRAFÍA:;

    ALARCOS LLORACH, EMILIO: Blas de Otero, Ediciones Nobel, S.A., Oviedo, 1996

    ASCUNCE ARRIETA, JOSÉ ÁNGEL: Cómo leer a Blas de Otero, Ediciones Júcar, Madrid, 1990

    GALÁN, JOAQUÍN: Blas de Otero, palabras para un pueblo: (tres vías de conocimiento), Ed. Víctor Pozanco, Barcelona, 1978

    OTERO, BLAS de: Ancia, Visor Libros, S.L., Madrid, 1999 (14ª edición)
    País, Plaza y Janés S.A. Editores, Barcelona, 1975
    Pido la paz y la palabra, Lumen, Barcelona, 1976
    Que trata de España, Ruedo Ibérico, París, 1964

    UNAMUNO, MIGUEL de: San Manuel Bueno, mártir (1930), Ed. Cátedra S.A., Madrid, 1994 (17ª edición)
    ZAPIAIN, ITZIAR; IGLESIAS, RAMÓN: Aproximación a la poesía de Blas de Otero, Narcea S.A. de ediciones, Madrid, 1983

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    Los inicios de la modernidad poética

    La modernidad poética comienza en Francia a mediados del siglo XIX, con la aportación de las corrientes literarias denominadas parnasianismo y simbolismo.

    El parnasianismo

    La escuela parnasiana reacciona contra los excesos de subjetividad y sentimentalismo de los románticos hacia la década de 1860, y los nuevos poetas -Théophile Gautier, Leconte de Lisle o Théodore de Banville- propugnan «el arte por el arte», una poesía objetiva que se cierra a sentimientos e ideologías. Esa concepción propicia el uso de imágenes precisas y claras y de un verso de construcción muy cuidada. En cuanto a los temas, el parnasianismo se remonta a las culturas antiguas y se traslada a ambientes exóticos.

    El simbolismo

    Es hacia la década de 1870 cuando empieza a cambiar la sensibilidad y se inicia poco a poco la búsqueda de un nuevo lenguaje basado en la sugerencia. En 1886, el griego Jannis Moréas introdujo el término simbolismo, que definió como el proceso de sustitución de la realidad por la «idea» en la poesía. De este modo, los poetas simbolistas tratan de sustituir los procesos de la razón por aquellos intuitivos.

    En sus obras, su pretensión es plasmar una visión subjetiva de la realidad, de ofrecerla a través de la sensibilidad del poeta. En lugar de mencionar las cosas de forma directa, emplean el símbolo, es decir, aquello que se ofrece a los sentidos y lleva a comprender una idea.

    Principales poetas de los inicios de la modernidad poética

    Baudelaire

    (1821-1867)Pionero del simbolismo, veía en la naturaleza una serie de analogías, un «bosque de símbolos» que era necesario descifrar. En su obra «las flores del mal» (1857) plasmó sus temas principales: anhelo de un ideal trascendente e inalcanzable, erotismo, la mujer, gran ciudad, spleen, muerte. Con El spleen de París (1963) inauguró sus poemas en prosa.

    Verlaine

    (1844-1896)Comenzó en la línea parnasiana de «el arte por el arte» (Poemas saturnianos, 1866), pero pronto la abandonó para expresar su desasosiego vital por medio de una musicalidad sutil y de la vaguedad.

    ¿Cómo lo logra? Por medio de la expresión directa de sentimientos y una notoria variedad métrica.

    Mallarmé

    (1842-1898) En su producción poética persiguió la belleza absoluta, el ideal de poema. La misión del arte: resumir la creación y justificarla ante el espíritu humano. La poesía debía eludir la realidad, plural e imperfecta, y evitar nombrar el objeto; solo había de sugerirlo.

    Jean Arthur Rimbaud

    (1854-1891) Caracterizado por su afán de destrucción y por su rebeldía, Rimbaud concibe la poesía como medio de exaltar la vida. La obligación del poeta: agotar todas las formas de amor, de sufrimiento y de locura para alcanzar lo desconocido.

    En 1873 escribe Una temporada en el infierno y en 1886 Verlaine publica sus Iluminaciones. En 1895 aparecieron sus Poesías completas.

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    Baudelaire (La muerte de los amantes)

    CXXI

    Tendremos un lecho de suaves olores,
    divanes profundos como sepulturas,
    y en tallos y búcaros nos darán las flores
    aromas extraños bajo albas más puras.

     

    Nuestros corazones, amando a porfía,
    darán de su antorcha su llama postrera:
    dos llamas gemelas son tu alma y la mía,
    espejos que miran la eterna ribera.

     

    Relámpago único, centella preciosa,
    una tarde mística de azul y de rosa,
    el adiós seremos, el llanto, el sollozo.

     

    Y después un ángel, abriendo las puertas,
    los espejos turbios y las aguas muertas,
    resucitarán temblando de gozo.

    Suplemento a las Flores del Mal

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    Baudelaire (Madrigal triste)

    I

     

    ¿Qué me importa de tu cordura?
    ¡Sé bella! ¡Y sé triste! Que el llanto,
    le da a tu rostro cierto encanto,
    cual la lluvia a la flor la frescura,
    y el río al paisaje otro tanto.

     

    Te adoro cuando de tu frente
    acaba de huir la alegría,
    cuando tu alma se torna sombría,
    porque se cierne en tu presente
    la negra nube de algún día…

     

    Cuando tu pupila florece
    con una lágrima quemante,
    y a pesar de mecerte al instante
    en mis brazos, tu angustia parece
    el estertor de un agonizante.

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